Dicen que el primer sueño del año, predice cómo será el
resto. No es pecado arrastrarse por el piso buscando suerte y fortuna cuando todos los métodos humanos han fallado.
Este es el sueño…
La chica estaba tirada sobre el pasto cual alma tomando un
descanso del propio peso de los latidos de su corazón. Los turistas paseaban alrededor
pero ella seguía tendida en el piso; no estaba inconsciente, ni estaba herida,
solo estaba tendida. Intentaba no parpadear para no perder la concentración al
buscar formas en las nubes. Era una mañana de verano, y era un martes; no hacía
frio. Pasaron las horas y siguió ahí, hasta que un hombre se acercó a tenderle
la mano para levantarse:
-No gracias- le contestó.
-Alguien te está esperando-,
-Nadie me ha esperado nunca.
-Alguien te está esperando-,
-Nadie me ha esperado nunca.
Aceptó su ayuda para levantarse y se sacudió el pasto. Mal
día para usar un sweater y no peinarse. El extraño se despidió con una sonrisa
y le deseó buena suerte. La chica comenzó a caminar, nadie la esperaba nunca,
solo su abuela en casa, su mamá la llamaba todos los días así que no podía ser
ella. Dicho asunto debía ser importante para interrumpir al conejo que se
comenzaba a formar en las nubes, habría que correr entonces. Hubiera deseado
ejercitarse más seguido, caminar más a menudo, no quejarse de la lluvia, no
pedir prestado el auto, pero ya era tarde, se hacía tarde.
Llegó al pequeño café con olor a canela, cigarrillos y
libros viejos. El especial del día era “dejar
que un extraño te invitara el desayuno”. Caminó al fondo de la cafetería, se
guiaba por el sonido de una máquina de escribir frente a un pequeño hombre que
estaba de espaldas. El hombrecito llevaba un sweater como el de ella, tenía el
cabello corto y lleno de canas, usaba lentes de negros de pasta y fruncía el
ceño.
-¿Sabías que Groucho Marx murió sin responder mi carta de admiración?
-No sé mucho de Groucho Marx- respondió la chica.
-¿No odias que la gente no agradezca lo que haces por ella?
-No creo que hagan tanto como presumen.
-Pásame el azúcar.
-Con gusto.
-Ves, acabas de ganarte mi carta de admiración.
-Me llamo Marce.
-Woody.
Así es cómo conocí a Woody Allen...
¿Cómo les fue a ustedes?
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